A pesar de los esfuerzos normativos y de políticas públicas, la pandemia del COVID-19 significó un retroceso, acentuando las condiciones de vulnerabilidad y aumentando el riesgo de trabajo infantil
El trabajo infantil en Bolivia, aunque ha mostrado una reducción progresiva desde 2008, sigue siendo una problemática estructural, con cifras que aún superan el 20% de la población de niños, niñas y adolescentes (NNA) entre 5 y 17 años. Esta problemática afecta con más intensidad a las zonas rurales, con un alto porcentaje de participación en actividades peligrosas o en condiciones que violan los derechos de la niñez.
A pesar de los esfuerzos normativos y de políticas públicas, la pandemia del COVID-19 significó un retroceso, acentuando las condiciones de vulnerabilidad y aumentando el riesgo de trabajo infantil, especialmente en contextos rurales y de economía informal.
Lidia Meiser Hurtado, directora del Servicio Departamental de Políticas Sociales del Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz en declaraciones a infoRSE, mencionó que en ese departamento el incremento del trabajo de niñas, niños y adolescentes es significativo
La pandemia hace de que los niños vuelvan a trabajar, la familia se empobrece más y eso hace que las familias tengan la necesidad de tener otra vez a sus niños trabajando.
Lamento que desde 2019 no hay estudios y por ello dijo que en 2024 se puso en marcha el movimiento Hagamos Equipo2.0, que moviliza a empresas públicas y privadas para que a partir de la colaboración y alianzas estratégicas puedan contribuir y trabajar en 5 mesas temáticas; Fortalecer el sistema de protección de la niñez y adolescencia; generar espacios de análisis; fomentar la conciencia de sensibilización y promover una generación de conocimiento.
Invitamos a ver y escuchar la video entrevista
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