Una edición especial del Informe de Brecha de Producción, presentado por organizaciones líderes en investigación y las Naciones Unidas, encuentra que la recuperación de COVID-19 marca un punto de inflexión potencial, donde los países deben cambiar de rumbo para evitar niveles de producción de carbón, petróleo y gas mucho más altos que los consistentes con el límite de calentamiento de 1,5 ° C
Los países planean aumentar su producción de combustibles fósiles durante la próxima década, incluso cuando las investigaciones muestran que el mundo necesita disminuir la producción en un 6% por año para limitar el calentamiento global a 1.5 ° C, según el Informe de Brecha de Producción de 2020.
El informe, lanzado por primera vez en 2019, mide la brecha entre los objetivos del Acuerdo de París y la producción planificada de carbón, petróleo y gas de los países. Encuentra que la “brecha de producción” sigue siendo grande: los países planean producir más del doble de la cantidad de combustibles fósiles en 2030 de lo que sería consistente con un límite de temperatura de 1,5 ° C.
Los principales hallazgos del informe incluyen:
Para seguir una ruta constante hacia 1,5 ° C, el mundo tendrá que reducir la producción de combustibles fósiles en aproximadamente un 6% por año entre 2020 y 2030. En cambio, los países están planificando y proyectando un aumento anual promedio del 2%, que para 2030 resultaría en más del doble de la producción consistente con el límite de 1,5 ° C.
Entre 2020 y 2030, la producción mundial de carbón, petróleo y gas tendría que disminuir anualmente en un 11%, 4% y 3%, respectivamente, para ser consistente con la vía de 1,5 ° C.
La pandemia de COVID-19, y las medidas de “cuarentena” para detener su propagación, han provocado caídas a corto plazo en la producción de carbón, petróleo y gas en 2020. Pero los planes anteriores al COVID y las medidas de estímulo posteriores al COVID apuntan a una Continuación de la creciente brecha mundial de producción de combustibles fósiles, con el riesgo de graves alteraciones climáticas.
Hasta la fecha, los gobiernos del G20 han comprometido más de 230 mil millones de dólares en medidas COVID-19 a los sectores responsables de la producción y el consumo de combustibles fósiles, mucho más que a la energía limpia (aproximadamente 150 mil millones de dólares). Los formuladores de políticas deben revertir esta tendencia para alcanzar los objetivos climáticos.
Fuente:
Stockholm Environment Institute
Instituto del Ambiente de Estocolmo